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Editorial – El golf paralímpico, asignatura pendiente
Por Miguel Angel Buil
6 Septiembre 2021 – Los que vivimos los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992 en primera persona, hemos disfrutado como nunca de los de Tokio 2020, gracias a las retransmisiones en directo de RTVE, seguidas masivamente y también de madrugada. Viendo la cantidad de deportes y modalidades incluidos en el programa paralímpico, el nivel de preparación de los países y los récords y logros de sus representantes, y el progreso en la inclusión social, además de la innovación del equipamiento utilizado, se ha puesto en evidencia el peso cada vez mayor del movimiento paralímpico en todo el mundo.
En España nos felicitamos de haber concluido estos Juegos Paralímpicos con 36 medallas (9 oros, 15 platas y 12 bronces), cinco más que las sumadas en los de Río de Janeiro 2016. En natación, atletismo, ciclismo o triatlón somos una gran potencia, deportes que nos han reportado un buen puñado de preseas en esta extraña edición sin público de 2021, donde hemos estado representados en un total de 15 deportes.
Los Juegos Paralímpicos están destinados a deportistas con diversidad de discapacidades, entre las que se incluyen: discapacidad motriz, amputaciones, discapacidad visual y parálisis cerebral. Sus protagonistas son paralímpicos que dedican su vida a entrenar y competir con el mismo esfuerzo, empeño, ilusión y profesionalidad que los olímpicos. Es por ello que, en medio de este clima de euforia, resulta estupendo que desde el Comité Paralímpico Español se abogue por la “igualdad plena” con los olímpicos.
La subida de los premios económicos por cada medalla de Tokio 2020, más del doble respecto a Río 2016, cofinanciada por el Consejo Superior de Deportes, ha sido un gran paso. Sería genial alcanzar esa equiparación plena de premios olímpicos y paralímpicos en París 2024, una reivindicación histórica del movimiento paralímpico español como reconocimiento del mismo valor que corresponde a ganar una medalla, olímpica o paralímpica y del color que sea, por cuestión de igualdad y dignidad de trato.
Llegados a este punto, giramos la vista hacia el golf para recordar que a finales de Agosto, en la primera semana paralímpica de Tokio 2020, nos llegaba la enorme noticia de la histórica hazaña del español Juan Postigo, con su tercer título consecutivo en el Campeonato de Europa Individual de Golf Adaptado, disputado en Amendoeira Golf (Portugal) con jugadores de más de 15 países distintos. También hubo torneo femenino, de la misma categoría, y competición en silla de ruedas, donde el español Sebas Llorente concluyó en una buena quinta posición.
A su vez, cabe recordar que esta temporada el Tour Europeo ha apostado por la inclusividad en golf y, junto a la European Disabled Golf Association (EDGA), ha lanzado el EDGA European Tour 2021, con cuatro torneos para golfistas con discapacidad, cuyos ocho mejores disputarán la EDGA Dubai Finale en el escenario del DP World Tour Championship, en el Jumeriah Golf Estates, el próximo Noviembre. Aquí ya han empezado a emerger las primeras estrellas, como Brendan Lawlor, Adem Wehbi, Kipp Popert o Chris Biggins.
Entonces, meditamos un poco y te saltan chispas en el cerebro por la siguiente paradoja:
Si el golf ha sido olímpico en los Juegos de Tokio 2020, disponiendo de un magnífico campo como el Kasumigaseki Country Club, donde se consagraron a los segundos campeones olímpicos de golf de la era moderna…
¿Cómo es posible que no hayan podido estar Juan Postigo, Sebas Llorente y compañía, representando a sus países respectivos y luchando, en esas mismas fechas aunque en Japón, por unas medallas paralímpicas?
Sí, ya hablamos del tema hace cinco años, cuando los Juegos de Río 2016: ¿Por qué el golf no está incluido en el programa de los Juegos Paralímpicos?
Y nos amarga saber que el golf tampoco estará incluido en el programa de los Juegos Paralímpicos de París 2024. Que si el número de deportes está limitado a 22, que si el número de deportistas está limitado a unos 4.350, que si el número de países donde se practica el golf adaptado es escaso… Muchos son los obstáculos que hay que salvar para pasar el corte del Comité Paralímpico Internacional y, en esta ocasión, el golf ha vuelto a fallar.
El proceso de decisión del programa deportivo de los Juegos Paralímpicos de París 2024 comenzó en Noviembre de 2017. Inicialmente, ocho deportes nuevos y tres disciplinas deportivas solicitaron su inclusión. En Enero de 2018 seis de esos solicitantes (CP Fútbol, golf, kárate, para-danza, fútbol en silla de ruedas y vela) avanzaron a la Fase Dos del proceso.
Entre Febrero y Julio de 2018, estos seis deportes y los 22 existentes enviaron su exhaustiva solicitud dentro de la Fase Dos, respondiendo a preguntas concretas sobre regulación y reglamento, programa antidopaje, alcance mundial y calendario de competiciones, código de clasificación, costes y complejidad de la organización… Sin embargo, la respuesta volvió a ser… ¡prueba no superada!
Los Juegos Paralímpicos de París 2024 se celebrarán entre el 28 de Agosto y el 8 de Septiembre… sin golf paralímpico.
A todos los estamentos implicados, sean Royal & Ancient, USGA, International Golf Federation, PGA Tour, European Tour, LPGA Tour, Ladies European Tour, RFEG… please, empiecen a trabajar desde ya en serio para igualar el golf adaptado con el golf – que tanto tiempo tardó en recuperar su condición de deporte olímpico -, y que por fin sea deporte paralímpico.
No dejen escapar la siguiente oportunidad, que serán los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028. Los golfistas aspirantes a paralímpicos se lo agradecerán, de todo corazón, con el mejor espectáculo.